Fauna silvestre son las especies de animales que viven en la naturaleza sin intervención del ser humano. Las especies nativas o autóctonas son aquellas que viven en forma natural en un lugar determinado, a diferencia de las especies exóticas o alóctonas (introducidas) que han sido trasladadas voluntaria o involuntariamente al país (por ejemplo, conejo, guarén, gorrión, visón, chaqueta amarilla). Por otro lado, las especies endémicas se encuentran naturalmente en un área específica y en ningún otro lugar, una especie puede ser endémica de una isla pequeña, de un río, de una región, de un país o de un continente. El 25% de las especies nativas de Chile son endémicas de nuestro territorio.

 

En Chile se han registrado 825 especies de vertebrados (mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces de agua dulce y peces marinos). De los cuales 157 son mamíferos (102 terrestres y 55 marinos); las aves son 498 especies y los reptiles alcanzan a 135 especies, que incluyen seis tortugas, siete serpientes, cuatro gekos y más de un centenar de lagartos. Los anfibios son 63 especies y los peces de aguas continentales 44. La fauna de crustáceos malacostráceos de humedales continentales de Chile reúne, entre otros grupos, a 20 especies de pancoras de agua dulce y ocho especies de camarones.

 

Sapo espinoso austral Alsodes australís. Foto: Víctor Raimilla.

 

Clase Total de especies registradas en Chile % especies endémicas
Mamíferos 157 10,2
Aves 498 1,8
Reptiles 135 63
Anfibios 63 60
Peces aguas continentales 44 54
Pancoras de agua dulce 20 80
Camarones de agua dulce 8 87,5

 

Registros para Chile de vertebrados y crustáceos malacostráceos continentales.

 

Rana esmeralda Hylorina sylvatica. Foto: Víctor Raimilla.

 

Huemul hembra. Foto: Rodrigo Valenzuela Aceval.

 

Pancora de Hualqui. Foto Andrés Muñoz Pedreros.

 

Monito del monte. Foto: Andrés Charrier.

 

Nido de rara Phytotoma rara. Foto: Nadia Pérez Codern.

 

Las aves y los anfibios producen numerosos sonidos, la mejor forma de interpretarlos es observando las representaciones gráficas de estos sonidos mediante los sonogramas, y describiendo cuantitativamente sus características de frecuencia, tiempo y complejidad. Los sonogramas se leen de izquierda a derecha. Una  “nota” o “elemento” es el término usual para la unidad de sonido más pequeño que aparece en un sonograma, éstas son como “huellas de sonido continuo”. Un conjunto de dos o más notas repetidas coherentemente es una “sílaba”, un clúster irrepetible es un “complejo de notas”, y una serie de notas complejas y trinos es un “canto” o “vocalización”. Las vocalizaciones más simples de las aves rapaces chilenas incluyen uno o dos elementos repetitivos, como en chuncho del norte Glaucidium peruanum. Sonidos “ruidosos” conducen a sonogramas desordenados con formas difusas en todo el espectro, como en la vocalización territorial del aguilucho de cola rojiza Buteo ventralis.

Algunas variables básicas que se suelen extraer de los sonogramas son: (1) duración total de la vocalización (en segundos), (2) número de notas, (3) número de diferentes tipo de notas, (4) número de notas por segundo, (5) frecuencia máxima (Hz), (6) frecuencia mínima (Hz), (7) índice de repetición (i.e., nº notas/nº diferentes tipos de notas), (8) duración de la nota terminal (en segundos), (9) delta frecuencia (Hz), (10) frecuencia de máxima amplitud (FMA) de toda la vocalización, (11) FMA del trino, (12) FMA de la nota terminal, entre otras. El uso de cada una de estas variables dependerá de los objetivos del estudio, por ejemplo para una caracterización general de la vocalización se suelen ocupar las seis primeras variables, las restantes se pueden usar para evaluar variaciones locales o geográficas en las vocalizaciones.

Otra manera, complementaria, de describir las vocalizaciones de las aves es mediante el uso de palabras o letras, existiendo al menos tres métodos que se suelen usar con frecuencia: (1) por analogía, (2) transcripción fonética y (3) por sus propiedades perceptibles. La analogía es la comparación de un sonido con respecto a otro (e.g., como un silbido agudo), la transcripción fonética es la representación de un sonido en habla humana u onomatopeya (e.g., qui-arr para el aguilucho de cola rojiza;  y el método por propiedades perceptibles, considera cinco tipos de información que un humano puede identificar: tono (impresión subjetiva de la frecuencia), calidad del tono (los acústicos lo llaman timbre), patrón rítmico (comportamiento del sonido en el tiempo), volumen (crescendo o decrescendo) y variación (no varía, variación alterna, variación inmediata, variación variable). Cualquiera sea el método que se utilice, éste debe ir acompañado de una caracterización cuantitativa; esto permitirá reducir la variación en base a la experiencia u origen del observador.

SONOGRAMAS DE LAS VOCALIZACIONES DEL CHUNCHO AUSTRAL. (A) Contacto de pareja, (B) territorial, (C) llamada de pichones o trigigick, (D) llamada de cortejo, (E) diuh-diuh y (F) tick-tiririck. (Tomado de Norambuena & Muñoz-Pedreros 2017).

 

La identificación de mamíferos mediante huellas es un método eficaz y de bajo costo. Las huellas de los mamíferos terrestres no voladores chilenos se pueden dividir, según el número de dedos que improntan las diferentes especies, en:

    Huellas de dos dedos (ciervos y camélidos, como pudú o guanaco). Los artiodáctilos imprimen sus huellas de manera característica al pisar con la extremidad del tercer y cuarto dedo, marcando claramente sus pezuñas.

    Huellas pequeñas de cuatro o cinco dedos (roedores). Son muy variadas en forma, dependiendo del tamaño de la especie y su modo de locomoción.

    Huellas medianas de cuatro dedos (félidos y cánidos). Los cánidos (zorros) imprimen el cojinete plantar, los dedos y usualmente las uñas. Los felinos (ej. puma, guiña) improntan sus cojinetes y dedos sin dejar marca de sus uñas, ya que son retráctiles.

   Huellas de cinco dedos  (mustélidos como el chingue). Estos animales son plantígrados, por lo que su huella incluye el pie (metacarpo o metatarso), además del cojinete plantar y los dedos.

Huella de guiña. Foto: Libro Huellas de Mamíferos de Chile.

Detectada una huella ésta debe medirse considerando los parámetros principales (largo y ancho) y, en el caso de algunas especies, sus cojinetes plantares (ej. felinos).

Las heces son signos característicos que aportan valiosa información de la especie. Han sido usadas frecuentemente para estudios de dieta, donde desmenuzando su contenido y mediante claves se determinan sus presas. Las heces también entregan importante información, no sólo de la dieta, sino que además del tamaño y peso del individuo, así como del uso que hace del hábitat. Con estudios genéticos de ADN mitocondrial puede obtenerse una enorme cantidad de información, tal como la confirmación de la especie, identificación de cada ejemplar, distribución poblacional de carnívoros, determinación del sexo y edad, etc. La desventaja de las heces, al no tener el análisis molecular, deriva de la similitud de formas en especies taxonómicamente emparentadas, en sus cambios de color según el tipo de alimento ingerido y su rápida desintegración, como las huellas. La variabilidad de la información, que puede dificultar la identificación, proviene de la estación del año, la consistencia, los cambios de color y la desintegración por la lluvia y/o la acción de descomponedores.

 

La forma de las heces está directamente relacionada con la morfología de las últimas secciones del tubo digestivo, así como de la fisiología de la especie. En general los herbívoros evacúan heces en grandes masas o bolas esféricas u ovales de los restos vegetales consumidos. Los carnívoros, en cambio, presentan heces de forma más bien cilíndrica o helicoidal, puntiaguda en un extremo.

 

Grupo 1 Heces redondas liebres y conejos

En forma de bolitas, depositadas solas o en acumulaciones grandes, característico de y conejos.

 

 

Grupo 2 Heces cilíndricas ratones, chinchillas, coipos

Presentan dos extremidades redondas, o con una extremidad ligeramente afilada, típico de los ratones. Una variante es un tipo de heces con un surco característico a lo largo de la línea longitudinal (forma de grano de café) propio de los caviomorfos (ej.  coipos).

 

Grupo 3 Heces cilíndricas achatadas  ciervos y camélidos

Por lo general puntiagudas en un extremo y cóncavas en la otra punta. Los ciervos eliminan heces fusionadas en montones; ovales o cilíndricas, negruzcas o marrón oscuras de superficie lisa, recubiertas por una capa mucosa brillante y pegajosa de secado rápido. Son las heces de los huemules, pudú, guanacos, vicuñas, etc.

 

 

Grupo 4 Heces cilíndricas con subdivisiones felinos, cánidos y mustélidos

Heces en forma de salchicha con subdivisiones. Son cilíndricas, ligeramente helicoidales, casi siempre con un extremo puntiagudo en el que con frecuencia existe un penacho de pelos. Son características del orden Carnivora. La coloración es generalmente marrón-grisácea oscura, a veces cubierta de una capa blanquecina de fosfatos óseos y con un olor fuerte.  Las heces de felinos tienen forma compacta con segmentos bien definidos y una de las extremidades afilada, siendo la más grande la de puma Puma concolor.

 

Grupo 5 Heces de forma mixta marsupiales y armadillos

 

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